Con un dedo tuyo reconstruyo las manos
¡Cuán aire móvil!
¡Cuánta flor de pantano!
un anillo basta para el tacto.
Tus espadas envainadas
señalan el camino que no recorren,
el corte transversal de tus pieles.
Cabe un mes en tus uñas
mayo
setiembre
sobre el ámbito vacío de tus dedos,
cabe el sendero detenido de tu cuerpo,
en tu silueta la neblina:
el sereno rumor de tus trazos.
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